Jordi Royo, director clínico del grupo de escuelas terapéuticas Amalgama7, aconseja hacerse tres preguntas básicas para saber si un hijo o una hija adolescente presenta factores de riesgo para convertirse en un adolescente conflictivo:
Royo asegura que «si tú como padre o madre de un niño adolescente das respuestas positivas a estas tres cuestiones, puedes estar tranquilo: tu hijo está pasando una buena adolescencia. Si no puedes responder positivamente a una de las tres o las tres, tenemos un problema».
Además, recomienda, sobre todo, observar y diferenciar si ciertos comportamientos son de carácter psicológico, físico o ambos. Cuanto antes se identifiquen las conductas problemáticas, más pronto se podrán poner medidas y más fácil será prevenir la violencia filio-parental, ya sea psicológica o física.
Cuando se detectan estas actitudes, es importante acudir a profesionales para identificar, primero, el origen. En algunos casos son consecuencia de un trastorno; en otros casos, el trastorno es educativo; y, en muchos, se trata de una suma de ambos. Según la raíz del problema, el tipo de intervención será distinta.
Puedes leer el artículo completo en este enlace.
Necessary cookies are absolutely essential for the website to function properly. This category only includes cookies that ensures basic functionalities and security features of the website. These cookies do not store any personal information.
Any cookies that may not be particularly necessary for the website to function and is used specifically to collect user personal data via analytics, ads, other embedded contents are termed as non-necessary cookies. It is mandatory to procure user consent prior to running these cookies on your website.