Cómo identificar si mi hijo o mi hija presenta factores de riesgo de trastornos de conducta
Jordi Royo, director clínico del grupo de escuelas terapéuticas Amalgama7, aconseja hacerse tres preguntas básicas para saber si un hijo o una hija adolescente presenta factores de riesgo para convertirse en un adolescente conflictivo:
- ¿Cuál es su rendimiento en la escuela?
- ¿Cómo gestiona su tiempo libre? ¿Hace extraescolares, música o deporte? ¿O, por el contrario, acostumbra a permanecer pasivo delante de la pantalla?
- ¿Cómo gestiona su dinero?
Royo asegura que «si tú como padre o madre de un niño adolescente das respuestas positivas a estas tres cuestiones, puedes estar tranquilo: tu hijo está pasando una buena adolescencia. Si no puedes responder positivamente a una de las tres o las tres, tenemos un problema».
Además, recomienda, sobre todo, observar y diferenciar si ciertos comportamientos son de carácter psicológico, físico o ambos. Cuanto antes se identifiquen las conductas problemáticas, más pronto se podrán poner medidas y más fácil será prevenir la violencia filio-parental, ya sea psicológica o física.
Cuando se detectan estas actitudes, es importante acudir a profesionales para identificar, primero, el origen. En algunos casos son consecuencia de un trastorno; en otros casos, el trastorno es educativo; y, en muchos, se trata de una suma de ambos. Según la raíz del problema, el tipo de intervención será distinta.
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