Las adicciones en los jóvenes y adolescentes esconden, en un porcentaje elevado, un problema de salud mental no diagnosticado
13/02/2023

Internet no ha inventando la pornografía pero la distribuído entre los más jóvenes

Expertos en la atención de niños y adolescentes debatirán, en el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, las causas de una hipersexualització cada vez más precoz en las
chicas y los chicos, la carencia de conocimiento y control por parte de las familias, y las posibles consecuencias en su salud emocional.

Qué efectos y disfunciones emocionales pueden ocasionar los impactos sexuales que reciben los niños y los jóvenes? Qué secuelas deja el consumo de pornografía a los adolescentes? El modelo actual que reciben los adolescentes en relación al sexo y a la sexualidad es inevitable? Es posible una formación afectivosexual generada desde la familia y la escuela?

Este es el punto de partida de la X Jornada Técnica de Prevención y de Atención a Adolescentes en Riesgo, que organiza la Fundación Portal en colaboración con Amalgama7 y el Colegio de Médicos de Barcelona. Este año, bajo el título “Adolescentes hipersexualizados”: una expresión de malestar emocional?” se pretende analizar, reflexionar y debatir sobre este emergente social con la participación de profesionales, de varios campos del conocimiento, especializados en la atención infantojuvenil. La jornada tendrá lugar el próximo 10 de octubre, de manera telemática con inscripción previa, a partir de las 9:30 horas desde el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona.

Los jóvenes se inician a la pornografía entre los 8 y los 12 años La Fiscalía General del Estado revela un “alarmante” aumento del 116% de agresiones sexuales cometidas por menores. Si en 2017 se abrieron 451 causas, en 2022 se han abierto 974.

Según los estudios de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción (FAD) y Save de Children, la visualización de pornografía se inicia entre los 8 y los 12 años. Además, en edades más avanzadas, entre los 13 y los 17 años, siete de cada diez adolescentes consumen pornografía. El conocimiento que tienen los padres y madres en relación con este consumo es muy pequeño, y solo uno de cada tres adultos supervisa la actividad de sus hijos a internet, las redes sociales y los videojuegos.

La pornografía no es homogénea. No toda es igual.
En los estudios de Amalgama7 se ha tipificado en 3 tipologías, a saber:
1. La convencional.
2. La de la humillación y el dolor.
3. La de los colectivos vulnerables.

El 78% de las chicas y los chicos atendidos a Amalgama7 (16,7 años de media) manifiestan haber visionado imágenes clasificables en los tres tipos descritos.

Los datos obtenidos también revelan que los adolescentes y jóvenes que visionan pornografía frecuentemente tienen tendencia a realizar más prácticas de riesgo, como por ejemplo: Compartir fotografías o videos íntimos, acceder a plataformas, a citas a ciegas, o, incluso, a dejar de realizar actividades cotidianas para dedicar más tiempo al consumo pornográfico. Aun así, la percepción de riesgo que tienen estos adolescentes y jóvenes es baja o nula. Es posible un consumo responsable de pornografía?

Jordi Royo i Isach, psicólogo clínico y director clínico de Amalgama7, asegura que muchos de los jóvenes atendidos relatan experiencias, impactos y percepciones que están muy alejadas de la práctica de comportamientos sexuales saludables. El experto considera que este consumo precoz de pornografía y la falta de educación sexual a la familia y en la escuela facilitan el fomento de ideas y de emociones, en relación al sexo y a la sexualidad, basados en la violencia hacia las mujeres y en estereotipos negativos de género. Royo ha añadido que “Internet no ha inventado la pornografía pero la ha acercado a los más jóvenes”.

Programa y formato de la jornada
La X Jornada Técnica de Prevención y de Atención a Adolescentes en Riesgo, que lleva por lema “Adolescentes Hipersexualizados”: una expresión de malestar emocional?” se basa en un debate transversal protagonizado por especialistas de los campos de la salud, la salud mental, la escuela, la justicia, la policía, los servicios sociales, entidades del tercer sector y empresas tecnológicas. Su objetivo no es solo el análisis y la difusión de conocimientos, sino la elaboración de propuestas que tengan por objetivo la mejora de la salud emocional de los adolescentes y de sus familias.