¿Qué hacer si sospecho que mi hijo o alumno adolescente sufre un desorden o trastorno del comportamiento alimentario?

Recomendaciones para la familia

  • No minimizar indicadores de riesgo (por ejemplo: adelgazamiento progresivo, aislamiento, reiteración de vestuarios holgados, etc.).
  • Evitar la utilización de castigos, amenazas o manipulaciones. Hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad, no de un comportamiento que el adolescente ha elegido.
  • No expresarse sobre el peso de los demás de forma peyorativa, en especial si se trata de su hijo/a adolescente.
  • Evitar hacer críticas sobre el peso y la comida, potenciando que el adolescente afectado se sienta apoyado.
  • Evitar utilizar los alimentos como premio o castigo, ni hacer la comida un tema de conversación recurrente.
  • Evitar hacer dietas que sean innecesarias o que no sean prescritas por un especialista.
  • Si se detecta que el adolescente tiene dificultades con la alimentación, no centrarse solo en la comida, ya que lo más probable es que se trate de una cuestión más global.
  • Si el adolescente tiene un problema de obesidad, afrontarlo enfatizando que lo que preocupa es su salud y no su apariencia.
  • ¡Buscar ayuda profesional!

Recomendaciones para la escuela

Los centros escolares son un entorno clave para detectar de forma precoz señales de alarma al respecto de conductas asociadas a desórdenes o trastornos del comportamiento alimentario. En este sentido, recomendamos:

  • Estar atentos a las señales de alerta que se puedan observar en el ámbito de la escuela y / o de las actividades extraescolares. A las horas de las comidas, los monitores y responsables de los patios y de los comedores escolares pueden detectar conductas inapropiadas respecto de los alimentos, tales como: tirar la comida, devolverlo, ir rápidamente al baño después de la comida… Asimismo, en espacios de ocio y de práctica deportiva se pueden observar también estos comportamientos, sea a través de los monitores o del grupo de iguales.
  • Los compañeros pueden ser fundamentales para la detección de un TCA. El adolescente afectado por un desorden o trastorno del comportamiento alimentario suele alejarse progresivamente de su grupo de iguales, ya que la mayor parte de sus encuentros son alrededor de actividades de ocio y de comidas. También pueden detectar más fácilmente otras conductas, como los vómitos o las autolesiones. Por lo tanto, hay que fomentar la ayuda entre alumnos para que comuniquen a un adulto de referencia (maestro, tutor, monitor, familiar…) sus observaciones al respecto.
  • Dirigirse a los compañeros de la escuela más cercanos al alumno supuestamente afectado para conocer lo más directamente posible conductas que pueden ser subsidiarias de un desorden o trastorno del comportamiento alimentario.
  • Si se detecta o se sospecha de algún síntoma, hay que acercarse al alumno supuestamente afectado con el fin de ayudarle a hacerlo consciente de su posible comportamiento de desorden alimentario y / o de algún malestar derivado del mismo. En este sentido, hay que recordar que a los adolescentes les cuesta dirigirse a sus adultos referentes (padres, maestros, monitores…).
  • Una vez confirmadas las sospechas, hay que dirigirse a los padres del alumno supuestamente afectado por un trastorno de alimentación para contrastar las observaciones realizadas en la escuela con las que los padres han podido realizar en el ámbito familiar.
  • Es necesario que el equipo escolar oriente y asesore a los padres respecto de donde pueden encontrar más información sobre los TCA y donde pueden dirigirse para recibir atención profesional.
  • Desde la escuela, hay que potenciar la colaboración entre los diferentes colectivos profesionales que están en contacto con los alumnos adolescentes, de manera que puedan actuar como elementos de prevención y detección de los TCA (maestros, profesores, monitores, entrenadores, psicólogos escolares, médicos, farmacéuticos, etc.), así como la comunicación de éstos con las familias, con el objetivo de hacer posible el lema: entre todos, el diálogo es posible.

Para más información: «Área clínica», «Trastornos relacionados con la nutrición y el comportamiento alimentario».