Trastornos por ansiedad
En la población infantojuvenil los trastornos por ansiedad constituyen en la actualidad un emergente clínico muy relevante. Muchos de los trastornos de ansiedad se desarrollan en la infancia y tienden a persistir si no se tratan.
La ansiedad generalizada, por ejemplo, es un trastorno que altera la vida cotidiana y que puede afectar, entre otros, el rendimiento escolar. La ansiedad es percibida por el adolescente como muy difícil de controlar. Se presentan síntomas físicos como: inquietud, nerviosismo, fatiga, tensión muscular, alteraciones del sueño, ….
Se debe distinguir entre el miedo y la ansiedad. En el caso del miedo se trata de una reacción emocional. Lo que se interpreta como una amenaza inminente (que puede ser objetiva o subjetiva), por ejemplo, vislumbrar o imaginar la presencia de un animal peligroso predispuesto al ataque.
Por el contrario, la ansiedad es una reacción anticipatoria a una amenaza futura. Por ejemplo, la proximidad de un examen, de una entrevista laboral, de una cita amorosa, etc. Esta “amenaza” puede desencadenar un estado de inquietud, de malestar emocional, incluso afectar nuestros ritmos circadianos del hambre, sueño, etc. La ansiedad suele estar asociada a la mayoría de los trastornos mentales y especialmente a los trastornos fóbicos, obsesivos, las crisis de pánico, pero también a los trastornos de conducta, depresivos, psicóticos o de personalidad.
En las más de 8000 historias clínicas que hemos abierto en Amalgama7, a chicas y chicos adolescentes y jóvenes, los trastornos de ansiedad se presentan como una enfermedad concurrente en la mayoría de ellos. En muchos casos las prácticas autolesivas se presentan a consecuencia de estados agudos de ansiedad, o bien como efecto de un estado de ansiedad acumulada. En este caso la autolesión juega un papel “ansiolítico”, es decir con la experimentación de dolor físico se pretende camuflar el dolor emocional.
En este sentido la intervención clínica no es sólo psicofarmacológica, sino también psicoterapéutica. Se trata de conocer las causas que generan los estados de ansiedad por medio del Programa de Orientación Diagnóstica (POD), que dispone no sólo de profesionales clínicos expertos, sino también de instrumentos de exploración diagnóstica de última generación. La intervención terapéutica individual, pretende en cada caso, coordinar una respuesta holística (clínica, académica, socioeducativa y residencial), adecuada tanto para el adolescente como para su familia.
