Ramon Martí i Montraveta. Dirección Àrea Médico-psiquiátrica.Psiquiatra. Nº Colegiado: 19589
¿Qué es el trastorno de conducta?
El trastorno de conducta (o trastorno disocial, en sus formas más graves) se manifiesta en adolescentes con dificultades persistentes para controlar su comportamiento y emociones. Estas conductas suelen ser desobediencia, actitudes desafiantes, conflictos con la autoridad, agresividad e incluso vulnerar normas sociales o derechos de los demás.
Estos tipos de trastornos de la conducta pueden expresarse a través de malas actitudes, irresponsabilidad, desmotivación escolar o conductas de riesgo. Es fundamental distinguir entre un comportamiento desafiante leve o propios de la adolescencia con un trastorno de la conducta.
Hasta un 60% de los adolescentes con trastorno de conducta no tratados desarrollan problemas legales o de exclusión social en la adultez.
¿Cómo puedo identificar si mi hijo/a presenta algún síntoma?
Jordi Royo, el director clínico de las Escuelas Terapéuticas y Educativas de Amalgama7, propone hacerse tres preguntas:
- ¿Cuál es el rendimiento académico de mi hijo/ hija?
- ¿Cómo gestiona su tiempo libre? ¿Hace actividades extraescolares o está pasivo delante de las pantallas?
- ¿Cómo gestiona su dinero?
Si como madre o padre respondes de forma negativa a alguna de estas preguntas, puede que estemos delante de un problema de trastorno de conducta.
Ejemplo real de un caso: “Soy madre divorciada de una hija de 14 años, no obedece, se escapa, no está yendo al colegio, está sacando muy malas notas, está todo el día con el teléfono y desde hace un tiempo empieza a faltarme el respeto con gritos. ¿Qué le está pasando a mi hija, puede ir a más? No la reconozco”
Diagnóstico en Amalgama7
En Amalgama7 hemos atendido desde 1997 a más de 8.000 adolescentes y jóvenes con dificultades conductuales, emocionales o familiares. Contamos con un Programa de Orientación Diagnóstica (POD) interdisciplinario, en el que colaboran médicos de familia, psicólogos, neuropsicólogos y psiquiatras.
Nuestro proceso de diagnóstico incluye:
- Evaluación clínica integral con herramientas de última generación.
- Análisis de áreas clave como la introspección, la impulsividad o la estabilidad emocional.
- Diagnóstico diferencial para evitar falsos positivos o sobrediagnósticos comunes.
- Valoración del nivel de consciencia del problema.
Cada caso es único. Por eso elaboramos un Plan Terapéutico Individualizado (PTI), donde se definen los objetivos terapéuticos y se dan las pautas más eficaces para cada adolescente y su familia.

Más síntomas
Algunas señales frecuentes que pueden indicar la presencia de un trastorno de conducta en niños o adolescentes son:
– Desmotivación generalizada, irritabilidad, desobediencia.
– Déficit de atención, impulsividad, baja tolerancia a la frustración
– Dificultades en la convivencia familiar o negativa en colaborar en tareas domésticas.
– Consumo de alcohol y otras drogas
– Aislamiento familiar y/o social
– Violencia física y/o psicológica o violencia filio parental
Ejemplo caso real: “Somos padres de un hijo de 17 años, nos agrede y maltrata físicamente cuando hay cualquier “no”, hemos perdido total autoridad. Nos exige dinero y la ropa limpia, es por lo único que nos dirige la palabra. Sentimos que nuestro hijo está perdido y nos da miedo. ¿Tiene un trastorno de conducta?”
Consecuencias de no tratar el trastorno de conducta
Cuando no se interviene a tiempo, el trastorno de conducta puede derivar en situaciones de mayor riesgo que afectan gravemente al desarrollo del adolescente:
– Fracaso escolar y abandono de estudios.
– Conflictos familiares intensos y persistentes.
– Aislamiento social o pertenencia a grupos violentos.
– Consumo y tráfico de sustancias.
– Problemas legales o judiciales.
– Riesgo de exclusión social.
Estas manifestaciones, cuando se repiten de forma constante, deben evaluarse en profundidad para descartar un posible trastorno disocial. Si tu hijo/a necesita ayuda, llámanos al 672289291.
Tratamiento en Amalgama7
En Amalgama7 ofrecemos soluciones terapéuticas adaptadas a la realidad de cada joven y su entorno familiar. Disponemos de un Programa de Tratamiento Ambulatorio (PTA) que lo podemos realizar en diferentes dispositivos asistenciales:
- Centros de consultas externas (ambulatorios).
- Centros de día urbanos.
- Centros residenciales, como la Escuela Terapéutica y Educativa, en entornos rurales y urbanos.
Nuestros tratamientos combinan acompañamiento psicológico, educativo, escolar, social y médico-psiquiátrico, abordando no solo el trastorno de la conducta, sino también los factores que lo provocan o lo sostienen. Con un enfoque interdisciplinario, ayudamos a los adolescentes a recuperar el control sobre su vida y a las familias a restablecer la convivencia.
Preguntas frecuentes
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Los síntomas más comunes incluyen conflictos en la relación con las figuras de autoridad, y desafíos y desobediencia grave de las normas. Los jóvenes con trastornos de la conducta también pueden mostrar impulsividad, dificultades para controlar sus emociones, y una falta de empatía o remordimiento por sus acciones.
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Las causas de los trastornos de conducta pueden ser variadas e incluyen factores genéticos, ambientales y psicológicos. Entre otras, y por ejemplo: experiencias traumáticas, o antecedentes de abuso de sustancias, pantallismo, disfunciones alimentarias y situaciones estresantes escolares y/o extraescolares.
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El diagnóstico de un trastorno de la conducta se realiza a través de una evaluación exhaustiva que incluye entrevistas con el adolescente y su familia, observación de comportamientos, y la administración de pruebas psicológicas. Es importante contar con un equipo multidisciplinario para asegurar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.
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Sí, los trastornos de conducta a menudo coexisten con otros trastornos mentales, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la depresión, la ansiedad o los trastornos del aprendizaje. Un enfoque integral de tratamiento es esencial para abordar todas las condiciones concurrentes.
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Los padres juegan un papel crucial en el tratamiento de un trastorno de conducta. Participar activamente en el proceso terapéutico, establecer límites claros, mantener una comunicación abierta y coherente, y proporcionar apoyo emocional son elementos clave para el éxito del tratamiento.
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Si presenta actitudes desafiantes frecuentes, rechazo a las normas, conductas de riesgo o conflictos graves en casa, en el colegio o en el ámbito social, es recomendable acudir a un centro especializado para una evaluación.
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El trastorno disocial es una forma más severa del trastorno de conducta, donde la transgresión de normas y la agresividad se vuelven más persistentes y problemáticas.
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No necesariamente. Aunque pueden existir factores genéticos predisponentes, el entorno familiar, escolar y social son determinantes.
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Depende de la gravedad del caso. Algunos adolescentes evolucionan positivamente en pocos meses, otros requieren procesos más largos y sostenidos.
Psicólogo clínico especializado en trastornos de conducta y patología dual en adolescentes (nº colegiado 2407). Cofundador y director clínico de Amalgama7 y la Fundación Portal, además de ser miembro activo de WeMind Cluster y SEVIFIP.